miércoles, 22 de abril de 2015

De excursión por Tarragona

El pasado finde nos hicimos una excursión golfísitca como hacía tiempo, mucho, demasiado tiempo. Gracias a un buen día de Carlos en un Gambito el año pasado, pudimos disfrutar de dos días de estancia en la Costa Daurada, con un par de vueltas en Lumine Golf y Golf Costa Dorada, relax y buen tiempo. Gloria.

gozosos momentos.

Dos navarricos sueltos por La Pineda y Salou, hoy territorio moscovita más que foral, salir de Mordor, catar mar y calorcito... ya es un triunfo. Pero si lo que te espera es un disfrute golfístico de primer orden, pues mejor, muuuuuuuuucho mejor.

hoyo 3 del Costa Dorada.
Y, además, si lo que queríamos era contraste, la verdad que no pudimos haber elegido mejor, ya que entre sábado y domingo disfrutamos de dos maneras radicalmente distintas de entender y vivir el golf: la de un campo comercial como Lumine, con una oferta bestial para todo ese turismo europeo y ruso que busca más el sol y el desfogue que la calidad y la solera de un course, mientras que por otra parte, el Club de Golf Costa Dorada nos ofreció, deleitó más bien, con el caché de club social de toda la vida de Tarragona. En ambos casos, excelente trato y, cada uno a su manera, disfrutándolos a tope.

todo muy moderno y detalloso en Lumine.

En Lumine elegimos jugar el Hills, más duro y con un recorrido entre arboleda, subidas, bajadas, estrecheces, veintiocho sitios por hoyo para perder una bola y, desde luego, como para pensárselo para ir con el bolso al hombro. No es un campo cómodo, con distancias interminables de tee a green y una señalética paupérrima: cualquier ruta GR está mejor marcada. Mi prima con los emoticonos del guasap da más información, vaya.

el personal llega fundido.

Nos las vimos entre dos autobuses de belindos finlandeses y con ese panorama, y siendo finde, el ritmo no pudo ser más que lento. Pero el campo se disfruta, tiene un recorrido precioso y aunque los gritos de la gente en el Dragon Khan tampoco aportan mucho glamour, hay hoyos y vistas bien bonitas.

Nuestra partida en Lumine... lo tíos de Pedro! majísimos.

Luego, cuando te echas las jarras de cerveza a pares en la terraza del 18 tras llegar exhausto con el bag al hombro, te das cuenta mejor de ello. Es un campo al que cuesta hacerle pocas y lo sufres como un perro, al menos, si vas de pure golfer. Si vas como fui yo, siendo una prolongación de la montaña rusa, la gozas.

Port Aventura al fondo.

Y cuando descubren que no eres ni de Oslo, ni de las afueras de Gotemburgo, pues es plus que te llevas. Nos trataron de luxe.

En Golf Costa Dorada (del mismo diseñador que el Hills) todo fue distinto, con la frescura del matinal del domingo, el cuerpo descansado, más golf en nuestro juego y un match apasionante resuelto a favor de Charly en el 18 después de disfrutar de un montón de buenos golpes entre dog legs de todos los ángulos, direcciones y distancias posibles. Qué pasada!

Cuando te salen las cosas en un campo así, es maravilloso ver salir los drives y maderas al draw y al fade haciendo lo que querías con la bola entre árboles y estrecheces, con unos hoyos variados y unos greenes endemoniados, un poco lentos, eso si. Pero hay unos hoyos y unas vistas que realmente te hacen gozar.

muchas gracias por todo Noemí.

Además, tuvimos la gran fortuna de que a media vuelta se nos junto Noemí, local player super lovely que disipó la ceguera que llevábamos en ciertos golpes, además de explicarnos un montón de cosas del campo y del club.

Menudos diazos.

Muchísimas gracias, a ella, y a todo el personal del club, que nos trataron de lujo desde que entramos hasta el último cortado, tras la plenitud esa con la que te quedas después de ducharte, comer y comentar el match... sólo quedaba despedirse camino de vuelta a Pamplona. No queríamos irnos!

Ojalá esto sea el inicio de una buena temporada de golf, excursiones and friends. Os he subido un pequeño álbum del pics a mi FB, que da mejor idea de cómo nos lo pasamos, y todo lo que hicimos. Espero que os guste.

Buena semana gentes del golf.

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